Sueños del pasado:
Un billete para el cómico
(06 de noviembre de 2015)
…
El de ayer fue un sueño que se me repite de tanto en tanto.
No pertenece a mi último trabajo desempeñado, pero sí a ese que
me hace soñar situaciones pasadas.
*
Ayer me encontraba en mi puesto de trabajo habitual cuando entró
aquel cliente. Decir que entró, sin ni siquiera verlo traspasar
la puerta, es hablar por hablar. En realidad me lo encontré de
sopetón preguntando por un billete de Granada a Corominas. Yo di
por hecho que Corominas es algún lugar de la España peninsular
que, ni sé dónde está, ni sé si tiene aeropuerto; sin embargo,
la conversación continuó como si tal.
*
– «No hay vuelos a esa ciudad» – le dije al cliente, que, no era
otro que un personaje que en la realidad sí existe. Se trata de
alguien a quien solo conozco de verlo en la tele. Es un personaje
cómico con el que me «parto de risa». Pero volvamos a la cuestión.
Después de afirmarle que a Corominas no había vuelos regulares ni
de ningún tipo, me apresuré a mirar en el manual, tratando de
justificar la verosimilitud de mi respuesta.
*
Él debió quedarse perplejo por mi negativa y, sin demora, me miró
insistiendo en que yo estaba en un error.
– «Lo siento, tiene usted razón, sí que existen vuelos a Corominas,
pero no puedo hacerle el billete por no ser de nuestra competencia».
¡Como si yo pudiera hacer milagros!
– «Tiene que pasarse por Iberia o por una agencia de viajes, nosotros
no lo somos.» – Se trata de una forma de tantas de hablar, dando por
cierto que las personas pueden ser una agencia de viajes o cualquier
otra cosa. Y lo de «hacer billetes», es otra más de esas tantas formas de decir lo que es imposible que realicemos nunca.
*
En aquellas estábamos, y, entretanto el cliente cómico abandonó nuestra
oficina con rumbo a otra, desperté. No fue una pesadilla,
pero… en otras ocasiones tocaron sueños más desagradables: de esos
que te hacen sudar «la gota gorda» y despiertas de un «humor de perros».
*
Yo sé por qué sueño anécdotas de ese trabajo que tantas alegrías me
proporcionó, pero también disgustos en igual o semejante proporción.
Por eso mismo, ya no tanto, pero hace algún tiempo soñaba que seguía
en… ¿Recuerdan el título de la película «Historias de la puta mili»?
Pues yo soñaba con frecuencia que iba a entrar en la «Aviación»,
cuando en realidad ya estaba licenciado de la «Infantería de Marina».
¡Coño!, no lo crean si quieren, pero mal sí que debí pasarlo en algunos
momentos. Los sueños habidos lo justifican.
– ¡Mierda!, pero ¿qué hago soñando que voy a formar parte de la Aviación Española y entro al cuartel con la «cartilla blanca» de licenciado de la marina en la mano?
Estoy seguro que a más de uno de ustedes les ocurre lo mismo o algo
parecido. Cuenten sus sueños, que yo seguiré escribiéndoles los míos.
*
Lo que me pregunto es, qué rayos hacía el cómico metido en ellos.
En fin, estoy casi seguro que este tío vuelve a aparecer en alguno
próximo para pedirme un billete a Pernambuco.
¿Y qué quieren que les haga? Otros sueñan con la que ya tienen y quieren, o con la que querrían tener.
*
*
Autor: Ramón Candelaria Infanzón
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